A todos nos ha pasado alguna vez: estás a punto de quedarte dormido, en ese limbo entre la vigilia y el sueño, y de repente… Un espasmo, una sacudida que te hace sentir como si estuvieras cayendo al vacío. Es raro, ¿no? Como si tu propio cuerpo te estuviera jugando una mala pasada justo cuando más necesitas relajarte. Así son los espasmos en el sueño.

Estos movimientos involuntarios se llaman espasmos mioclónicos o sacudidas hípnicas, y aunque pueden ser desconcertantes, en la mayoría de los casos no son nada de qué preocuparse. Eso sí, cuando ocurren muy seguido o interrumpen el descanso, empiezan a ser un fastidio.

¿Por qué pasan? Bueno, ahí es donde la cosa se pone interesante. Estrés, cansancio extremo, demasiada cafeína… Hay varias razones detrás de estas sacudidas, y entenderlas puede ser la clave para dormir mejor. Por eso profundicemos al respecto en Cuando Duermes.

Índice

¿Qué son los espasmos en el sueño?

Qué son los espasmos en el sueño

Los espasmos en el sueño, conocidos en términos médicos como mioclonías del sueño o sacudidas hípnicas, son contracciones musculares involuntarias que ocurren justo cuando estamos quedándonos dormidos.

Son esos movimientos bruscos que, a veces, nos hacen sentir como si estuviéramos tropezando o cayendo al vacío. En la mayoría de los casos, son completamente inofensivos y no necesitan tratamiento.

Ahora bien, no hay que confundirlos con otros movimientos involuntarios. Por ejemplo, el síndrome de piernas inquietas es una sensación incómoda que nos obliga a mover las piernas, pero ocurre antes de dormir, no en la transición al sueño. También está el temblor esencial o las contracciones musculares leves que pueden darse en cualquier momento del día.

La gran diferencia es que los espasmos mioclónicos del sueño son repentinos, no se controlan y suelen ser una única sacudida o un par de ellas antes de dormir. Si pasan con frecuencia o interrumpen el descanso, ahí sí conviene prestarles más atención.

Causas de los espasmos en el sueño

A veces, justo cuando estás entrando en ese sueño profundo y delicioso, un espasmo te sacude como si te estuvieras cayendo de la cama. Es molesto, desconcertante y, si te pasa seguido, hasta un poco preocupante.

Pero, ¿a que se deben los movimientos involuntarios al dormir? Bueno, el cuerpo tiene sus razones, y la mayoría de ellas tienen que ver con el cerebro, los músculos y nuestros hábitos diarios.

Factores neurológicos y musculares

El cerebro y los músculos tienen una conexión constante, incluso cuando dormimos. Justo en la transición entre la vigilia y el sueño, el sistema nervioso puede enviar señales confusas que provocan estos movimientos involuntarios.

Es como si el cerebro estuviera tratando de «apagar» el cuerpo, pero lo hiciera de forma brusca.

Estrés y ansiedad

¿Te ha pasado que te acuestas, pero tu mente sigue en modo «revisión de pendientes»? Si el estrés y la ansiedad no te dejan en paz, es probable que tu cuerpo tampoco sepa cómo relajarse del todo.

Y cuando por fin empieza a apagarse, a veces lo hace de golpe, provocando esos espasmos en el sueño. Es como si el cuerpo soltara todo el estrés acumulado en un último salto antes de rendirse al sueño.

Consumo de cafeína, alcohol y estimulantes

A todos nos encanta un buen café por la mañana, pero cuando se cuela en la tarde o en la noche, puede ser un problema. La cafeína es como ese amigo que no sabe cuándo irse de la fiesta: mantiene al sistema nervioso encendido por más tiempo del necesario.

Algo parecido pasa con el alcohol y otros estimulantes. Pueden hacernos sentir relajados al principio, pero luego alteran el ritmo natural del sueño, aumentando la probabilidad de estos espasmos nocturnos.

Falta de sueño y fatiga extrema

Cuando llevamos días durmiendo mal o el cuerpo está agotado, el cerebro entra en «modo emergencia». Intenta recuperar el descanso perdido lo más rápido posible, y en ese proceso, los espasmos pueden aparecer con más frecuencia.

Es como si, de repente, el sistema nervioso estuviera tratando de ajustar el cambio entre la vigilia y el sueño de manera abrupta.

Cómo prevenir y reducir los espasmos en el sueño

Si bien los espasmos musculares durante el sueño suelen ser inofensivos, cuando empiezan a ser frecuentes o interrumpen el descanso, conviene hacer algunos ajustes en la rutina. La buena noticia es que hay varias formas de prevenirlos y, en muchos casos, con cambios simples se pueden reducir considerablemente.

  • Higiene del sueño: Mantén horarios regulares para dormir y despertar. Evita pantallas y luces brillantes antes de acostarte, y crea un ambiente tranquilo para aprovechar las ventanas del sueño.
  • Relajación y manejo del estrés: Practica respiración profunda, meditación o estiramientos suaves antes de dormir. Un baño caliente o leer también ayudan a calmar la mente.
  • Dieta y reducción de estimulantes: Menos cafeína, alcohol y bebidas energéticas, especialmente en la tarde. Añade más alimentos ricos en magnesio y potasio, como plátanos y frutos secos.
  • Ejercicio y sueño: El ejercicio mejora el descanso, pero evita entrenar muy tarde. Lo ideal es moverse durante el día y dejar la noche para relajar el cuerpo.

¿Son peligrosos los espasmos en el sueño?

La mayoría de las veces, no hay nada de que preocuparse. Un pequeño espasmo aquí y allá es completamente normal, y aunque puede ser molesto, no pasa de ser una curiosidad del cuerpo. Pero, ¿qué pasa cuando ocurren todo el tiempo o interrumpen el descanso de forma seria? Ahí la cosa cambia un poco.

Si sientes que estos espasmos van en aumento, que te despiertan cada noche o que vienen acompañados de otros síntomas raros, como movimientos incontrolables en las piernas o sacudidas mientras ya estás dormido, puede ser señal de algo más.

Y en casos más extremos, hay trastornos neurológicos, como ciertos tipos de epilepsia mioclónica, que también pueden provocar sacudidas involuntarias.

Si estos espasmos aparecen de vez en cuando, puedes estar tranquilo: son parte del paquete de quedarse dormido. Pero si se vuelven una molestia constante, afectan tu descanso o notas algo fuera de lo común, mejor consulta con un especialista.

Al final, dormir bien es clave para todo en la vida, y si tu cuerpo te está dando señales, más vale escucharlo.